In the heart of Guadalajara, Mexico, the vibrant faith of La Luz del Mundo shines brightly, drawing thousands to its teachings and rituals. Founded in 1926, this religious community has flourished despite controversies surrounding its leader, Naasón Joaquín García. With a congregation that spans across nations, La Luz del Mundo presents itself as a significant player in the landscape of modern Christianity, especially within the context of Mexican religious life.
However, the church's recent history is complicated by legal challenges faced by its leader. Naasón Joaquín García, currently serving a prison sentence, continues to influence his followers through virtual messages. His ability to mobilize and maintain a devoted community highlights the complexities of faith, leadership, and communal identity in the face of adversity.
This article delves into the intricate tapestry of La Luz del Mundo, examining its beliefs, practices, and the impact of Naasón Joaquín García's leadership, shedding light on the resilience of its community amidst trials.
GUADALAJARA, México —GUADALAJARA, México (AP) — Adentro del templo no queda espacio para nadie, pero cuando la voz del apóstol rompe el silencio y sus devotos la reconocen, entre las filas de hombres y mujeres se hace un lugar para el llanto.
Las palabras de Naasón Joaquín García despiertan sollozos dentro y fuera de un santuario en el que su ausencia entristece la noche. Él es quien suele presidir la festividad más sagrada de la iglesia La Luz del Mundo en Guadalajara, al occidente de México, pero el mensaje que transmite en esta Santa Cena proviene de la cárcel.
“Yo no veo una celda de cuatro paredes. Yo veo vuestros hermosos rostros... porque vosotros sois los hijos de Dios”, dice Naasón en una llamada desde Los Ángeles, donde cumple una condena de 16 años de prisión tras haberse declarado culpable de abusar sexualmente de tres menores.